¿Qué tipos de IVA hay en España?

Tipos iva

El IVA es uno de los impuestos indirectos más populares que hay en España. Se trata de un impuesto que grava el consumo, es decir, se encuentra presente en la comida que pides en el restaurante, en el billete del tren en el que viajas o en el servicio de albañilería que contratas.

Ahora bien, debes saber que hay diferentes tipos de IVA, así como productos que están exentos de tener IVA y que este impuesto ha evolucionado a lo largo de los años. Te lo explicamos todo en este post.

¿Qué es el IVA?

El IVA o Impuesto sobre el Valor Añadido es un impuesto muy sencillo de entender. Básicamente, el IVA es un porcentaje que se debe de sumar al precio del producto o servicio para que el Estado recaude ese dinero.

Este impuesto no distingue de clases sociales pues, a diferencia de otros impuestos como el IRPF, todo el mundo paga la misma cantidad de IVA, independientemente de la renta de la que disponga.

Productos y servicios sin IVA

No todos los servicios y productos se encuentran gravados con IVA, algunos de ellos, por ejemplo, los sellos de Correos, la enseñanza en los centros públicos, los servicios de asistencia sanitaria llevados a cabo por profesionales médicos o los seguros no tienen IVA.

Por otro lado, dependiendo de la situación en la que se encuentre un país, puede haber productos en donde desaparezca el IVA de forma temporal. Por poner un ejemplo, en la pasada pandemia que vivimos, el gobierno retiró el IVA de las mascarillas o del gel antibacteriano.

Mediante la retirada del IVA de un producto se consigue que este sea mucho más fácil de consumir, algo que es extremadamente importante cuando las circunstancias así lo requieren, por ejemplo, en el caso de las mascarillas durante la pandemia.

Tipos de IVA que existen en España

Por otro lado, existen diferentes tipos de IVA como vamos a ver a continuación. La diferencia entre estos tipos de IVA es el porcentaje que se aplica como impuesto. Cada producto o servicio puede contar con un IVA completamente diferente y, principalmente, el IVA guarda una relación inversamente proporcional a la necesidad del producto. Cuanto más necesario es el producto, menos IVA va a tener. Vamos a ver los diferentes tipos de IVA en España y también ver los productos o servicios a los que se asocia.

IVA general

El IVA general tiene una tasa impositiva del 21%. Como bien indica su nombre, se trata del IVA más general de todos, es decir, el que se grava principalmente a la mayor cantidad de productos o servicios del mercado. Este IVA se grava sobre los electrodomésticos, los coches, ordenadores, televisores, teléfonos móviles… básicamente para cualquier bien o servicio que no se considere de primera necesidad.

IVA reducido

El tipo de IVA reducido cuenta con una tasa impositiva de un 10%. En este tipo de IVA nos podemos encontrar a las actividades culturales, los medios de transporte o la electricidad.

IVA superreducido

El IVA superreducido es tan solo de un 4%. Este tipo de IVA es el que se grava en los bienes de primera necesidad. Aquí principalmente nos vamos a encontrar con los productos de alimentación que forman parte de la cesta de la compra u otros bienes como una vivienda de protección oficial. Como hemos visto, cuanto más necesario y básico es un producto para la población, este cuenta con una menor cantidad de IVA para que su coste sea mucho más asequible.

¿Cómo ha evolucionado el IVA?

El IVA es un impuesto que lleva existiendo en España desde el pasado 1 de enero de 1986, después de que el país se adhiriera a la Comunidad Económica Europea. Los porcentajes con los que empezó el IVA no son los mismos que existen ahora y, por supuesto, este impuesto siempre puede estar sujeto a cambios e ir subiendo como ha ido haciendo con el paso del tiempo.

  • Inicialmente, el IVA contaba con una tasa general del 12% a diferencia del 21% que nos encontramos ahora.
  • El tipo reducido por aquel entonces era de un 6%.
  • También existía un gravamen especial en donde se incrementaba un 33% en los vehículos de lujo.

El IVA ha ido evolucionando conforme las circunstancias así lo han ido requiriendo, como sucede con la gran mayoría de impuestos, este se ha ido ajustando dependiendo de las necesidades. La última subida que se llevó a cabo del IVA entró en vigor durante el mes de septiembre en 2012. Por aquel entonces, la tasa general se encontraba en un 18% y pasó a ser el 21% que tenemos actualmente.

Cambios del IVA en reformas

Por otro lado, los cambios no solo han sido en materia de porcentajes, sino que también diversos productos o servicios que formaban parte de un grupo han pasado a otro. Algunos ejemplos nos los podemos encontrar en la reforma fiscal de 2015:

  • Durante esta reforma, el sector de las flores y plantas ornamentales pasaba a disfrutar de un 10% en detrimento del 21% que venían teniendo.
  • Otra medida fue la que se aprobó en 2018 con el cambio del IVA en las entradas de los cines. Estas pasaron a costar del 21% como tipo general a un 10%, un porcentaje que se encontraba más de acuerdo con el carácter cultural que tiene el cine.

Ahora bien, no todos los cambios en el IVA son para hacer que los productos o servicios tributen por un mayor porcentaje. Algunos productos sanitarios han pasado de tributar por el 10% de IVA al 21% mientras que las mascarillas se han empezado a gravar conforme la situación de la pandemia se ha ido controlando. En este caso, las mascarillas cuentan con el IVA superreducido y, aunque sea poco, supone un aumento si tenemos en cuenta que antes no tenían IVA.

Por otro lado, desde enero de 2023 se aplicó el IVA superreducido, es decir, del 4%, en productos de higiene femenina, como son compresas, tampones y otros relacionados. Asimismo, otra posible rebaja que sigue estando pendiente de aplicarse es en los servicios básicos de peluquería, barbería y estética, ya que siguen teniendo un 21% de IVA.

¿Es obligatorio pagar el IVA?

A pesar de que puede parecer que el IVA es un impuesto del que no se escapa nadie, lo cierto es que existen algunos casos en los que uno se puede deducir el IVA. Estos casos son todos los que tienen que ver con el mundo empresarial y pasan por la necesidad de poder deducirse el IVA.

La deducción de IVA es poder solicitar a Hacienda que te devuelvan el IVA que has pagado. Cuando una empresa lleva a cabo la compra de un producto o servicio que es esencial para poder desarrollar su actividad, está exenta de pagar el IVA.

Por poner un ejemplo, un restaurante que vaya a comprar un nuevo frigorífico o necesite de una vajilla nueva, así como si llama a un técnico para que le repare el lavavajillas o su microondas, se considera que estos servicios son necesarios para poder desarrollar su actividad. En este caso, la empresa puede solicitar al final del trimestre que Hacienda le devuelva el IVA que ha pagado por dicho producto o servicio.

Es importante tener en cuenta que para poder disfrutar de estas deducciones es necesario que estas guarden una relación directa con la propia actividad del negocio. Esto quiere decir que un dueño de un restaurante nunca se podrá deducir el IVA de una compra para uso y disfrute personal, siempre y cuando no tenga que ver en absoluto como negocio.

Las empresas y la recaudación del IVA

Como hemos señalado, el IVA es un impuesto que afecta al consumidor y, a fin de cuentas, consumidores somos todos. Sin embargo, cuando estamos pagando algo con IVA no estamos pagando el impuesto directamente a Hacienda, sino que lo que estamos haciendo es dejárselo a la empresa en donde hemos contratado el servicio o comprado el producto.

Las empresas son las que actúan como recaudadores de IVA para Hacienda para que, pasado el trimestre, estas lo declaren y le ingresen a Hacienda el dinero. A pesar de que pueda parecer que la empresa hace un gasto elevado a la hora de devolver el IVA, lo cierto es que esto no debería de suponer ningún problema para esta, ya que se trata de un valor añadido al producto.

Sin embargo, como ese dinero se queda dentro de la empresa hasta que esta se lo tenga que devolver a Hacienda, es importante ponerlo a buen recaudo y no gastarlo de cara a evitar posibles complicaciones a la hora de devolverlo. Cuando una empresa se deduce el IVA, la cantidad de dinero que tiene devuelve Hacienda debido a la compra relacionada con su actividad se puede restar de esta cantidad que la empresa debe de repercutir.

Una empresa también puede actuar como cliente o consumidor y, por lo tanto, deberá de pagar siempre el IVA. Como hemos visto antes, si este guarda relación con la actividad de su negocio, podrá recuperarlo más adelante.

¿Cuál es el futuro del IVA?

El futuro del IVA pasa por la Unión Europea y aunque no es seguro, está estudiando una posible subida del 21% al 23%. Algo que probablemente acabe llegando con el tiempo.

Por otro lado, la Comisión Europea también se encuentra estudiando diferentes propuestas para poder modernizar el sistema del IVA. Lo que se busca con estas medidas es reducir el fraude y modernizar el régimen actual para poder adaptarse mejor a las nuevas exigencias del mercado. De la misma forma que los mercados y los puestos de trabajo evolucionan, el IVA lo tiene que hacer con ellos.

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