Qué es la salud financiera
Decimos que alcanzamos la salud financiera cuando conseguimos gestionar bien nuestra economía personal, la doméstica y la de nuestro negocio o empresa.
El control del dinero es una de las mayores preocupaciones de cualquier persona y esa salud se consigue cuando somos capaces de administrar nuestros bienes monetarios para llevar una vida tranquila, cubrir nuestras necesidades, cumplir objetivos a largo plazo y garantizar nuestro futuro.
Cómo medir nuestra salud financiera
Para poder medir la salud financiera que tenemos podemos prestar atención a ciertos indicadores como los siguientes:
- Si ahorramos todos los meses porque gastamos menos de lo que ganamos.
- Pagamos las facturas y deudas a tiempo.
- Podemos ahorrar cada mes.
- Tenemos deudas que pueden ser sostenibles en el tiempo y no nos ahogan.
- Disponer de un presupuesto.
5 consejos para tener una buena salud financiera
Existen una serie de factores que influyen en nuestra educación financiera y, por lo tanto, nos ayudan a tener ciertos conocimientos sobre conceptos básicos para administrar nuestro dinero basándonos en nuestra realidad propia y la de la sociedad. Si quieres tener una buena salud financiera, no te pierdas los siguientes consejos.
1. Ahorrar: gastar menos de lo que ganas
El primer consejo y el más importante es que tenemos que ahorrar todos los meses. No importa la cantidad y no se requieren elevadas cifras. Se trata de algo más bien psicológico y es que es crucial que aprendamos a gastar menos de lo que ganamos.
Es uno de los indicadores más clave a la hora de evaluar nuestra salud financiera. Tener cierta resistencia ante imprevistos y contar con dinero para elaborar nuestro presupuesto personal, doméstico o empresarial es fundamental. Gestionar nuestros ingresos debe de ir de la mano de una supervisión de los movimientos en nuestras cuentas y de cierto control.
Controlar impulsos de compra, tener un historial crediticio asumible, asumir responsabilidades y conciencia en nuestro consumo, además de tener buenos hábitos de consumo, son algunos comportamientos que nos permitirán ahorrar.
2. Control en el gasto: evitar gastos hormiga
En numerosas ocasiones, los gastos superfluos de nuestro día a día, también conocidos como gastos hormiga, son los máximos responsables de que no controlemos nuestros gastos y que nos dejemos llevar por promociones, estímulos publicitarios y relacionar el consumo con el ocio.
Si conseguimos controlar los gastos hormiga y evitar ese café fuera diario, coger siempre el coche, pagar parking en vez de buscar aparcamiento o comprar sin planificación o desmesuradamente, entre otros, lograremos una mejor salud financiera.
Elimina estos gastos del día a día y prescindibles haciendo listas de lo que realmente necesitas y buscar alternativas más económicas en cualquier situación.