¿Qué es un aval?
Un aval es una figura utilizada en el ámbito financiero como garantía adicional en un préstamo o contrato de deuda.
El avalista se presenta como persona o entidad que garantiza el cumplimiento de las obligaciones del deudor y se compromete a responder financieramente en caso de incumplimiento. Para tal fin, este debe tener una capacidad financiera sólida y un buen historial crediticio, ya que será evaluado por el prestamista o acreedor antes de otorgar el aval.
Cabe destacar que este aval puede aplicarse en diferentes situaciones, como préstamos personales, hipotecas, contratos de arrendamiento o contratos comerciales, entre otros.
¿Qué es una hipoteca con aval?
Entendido qué es un aval, es más fácil comprender que una hipoteca con aval es un tipo de préstamo hipotecario en el cual una tercera persona se compromete a responder por la deuda en caso de que el prestatario principal no pueda hacerlo.
El avalista suele ser, generalmente, un familiar cercano o un amigo.
Por lo tanto, una hipoteca con aval funciona igual que cualquier otro préstamo hipotecario, salvo porque los clientes aportan una garantía extra a su banco. Así, además, pueden también acceder a préstamos en mejores condiciones.
Por ejemplo, una posibilidad son las hipotecas al 100% de financiación, ya que conseguir hipotecas al 100% de financiación sin aval supone tener que cumplir muchos más requisitos.
Contar con un aval hipotecario también es muy útil cuando no se tiene un perfil excesivamente bueno de cara a los bancos. Una cuestión que influye en esto es la edad para pedir la hipoteca. Para las entidades bancarias el ser excesivamente joven no es lo más adecuado. Sin embargo, con un aval, las posibilidades de concesión aumentan.
Ventajas de la hipoteca con aval
Contar con esta herramienta financiera aporta grandes beneficios. Los principales son los siguientes.
Incrementa las posibilidades de obtener la aprobación del préstamo
Especialmente si quien lo solicita no cumple con todos los requisitos de solvencia o tiene ingresos insuficientes.
El avalista actúa como garantía adicional para el prestamista, lo que disminuye el riesgo de impago y facilita la concesión del préstamo hipotecario.
Posibilidad de conseguir mejores condiciones
Contar con un aval hipotecario puede suponer que te ofrezcan tasas de interés más favorables y condiciones más flexibles en comparación con otras hipotecas alternativas.
La razón es que el avalista brinda una mayor seguridad para el prestamista. Eso reduce el riesgo percibido y puede traducirse en mejores condiciones para el prestatario principal.
Sin embargo, a pesar de sus ventajas, una hipoteca con aval también supone ciertos riesgos o inconvenientes que hay que conocer.
Riesgos de las hipotecas con aval
Los riesgos principales de una hipoteca con aval son, principalmente, para el avalista. Por ello, es esencial que este entienda todos los posibles conflictos y responsabilidades que conlleva asumir ese papel.
- El avalista se compromete a asumir la deuda en caso de que el prestatario principal no pueda hacerlo. Esto significa que si este deja de pagar, el avalista deberá hacer frente a ese impago. Este hecho puede suponer pagar las cuotas mensuales de la hipoteca o perder el bien inmueble que dejó en garantía.
- Responsabilizarse de un aval hipotecario puede tener un impacto en la capacidad crediticia del avalista. Esto es así porque su deuda potencial se considerará en los cálculos de solvencia para futuras solicitudes de crédito. A su vez, esto puede dificultar la obtención de préstamos personales o hipotecas propias en el futuro.
Una mejor solución para que el banco se cerciore de que cumplirás con el pago de la vivienda pase lo que pase, es la de contar con un seguro de vida para hipotecas.