¿Pueden obligarme a pagar un entierro?

Te pueden obligar a pagar un entierro o puedes negarte

Tener que lidiar con el fallecimiento de un familiar ya es, por sí mismo, un asunto complicado. Si a eso hay que sumarle tratar el tema de los gastos funerarios, puede acabar resultando en algo verdaderamente incómodo para muchas personas. Además, es fundamental comprender cómo funcionan los deberes legales respecto a esta cuestión. Por ejemplo, ¿te pueden obligar a pagar un entierro? Descubre qué derechos y responsabilidades tienes que asumir en esta situación.

Gastos de sepelio ¿hay que pagarlos?

Lo primero que hay que tener claro es que existe la obligación legal de incinerar o enterrar a los difuntos en las 48 horas siguientes a su fallecimiento.

Los únicos casos en los que esto no es así son:

  • Si existe una orden judicial que lo impida.
  • Si el fallecido hubiese donado su cuerpo a la ciencia. En este caso, los herederos solo tendrían que asumir el coste del funeral, si quisieran celebrarlo. A partir de ahí, la entidad receptora del cuerpo sería quien corriese con los gastos del traslado. No obstante, esta opción solo la puede elegir el fallecido antes de su muerte y cumpliendo con los requisitos necesarios.

Cuando no existen excepciones, hay que proceder a la sepultura, y quien ha tenido que aportar de su bolsillo el dinero para sufragarla, sabe que no es algo precisamente barato.

Habrá que hacer frente al pago del tanatorio, el funeral o los trámites administrativos. Son muchas las cuestiones que incrementan los gastos de un sepelio.

Además, el coste de todo ello va a variar mucho en función de algunos factores, como es el lugar donde se llevará a cabo, los servicios que se quieran contratar, el tipo de ataúd, si se debe trasladar el cuerpo a otra ciudad o país, etc.

¿Cuánto cuesta un sepelio?

Según un estudio de la OCU, el precio de un entierro en España, de media, ronda los 3.500 euros. Para ser más concretos, la Organización de Consumidores y Usuarios señala que un servicio funerario sencillo, que acabe con enterramiento en nicho, cuesta una media de 3.739 euros.

Por su parte, si el servicio funerario finalizase con la incineración, el precio medio sería de 3.617 euros. Por tanto, la diferencia entre estas opciones no es destacable.

Sea cual sea la modalidad elegida y la cantidad que haya que pagar, la realidad es que hay que abonarla, independientemente de que el difunto haya dejado o no bienes a los herederos.

¿Quién tiene que pagar un entierro?

Si el fallecido contaba con un seguro de decesos o un seguro de vida con anticipo de capital, la entidad aseguradora con la que se firmase la póliza será quien se encargue de garantizar el pago del sepelio. Esto, siempre y cuando, el asegurado cumpliese con el pago de todas las primas correspondientes.

También es posible que el difunto contase con un seguro de vida en cuyo contrato se estipule la facilidad de un anticipo del capital a destinar para gastos del sepelio. Es el caso de los seguros de vida Life5, cuyo anticipo para tal fin puede ser de 9.000 euros.

No obstante, cuando el difunto no cuenta con un seguro que cubra este pago, ya sea de decesos o un seguro de vida con esa garantía, se presenta ante sus seres queridos un elevado gasto. Es ahí cuando pueden surgir las dudas: ¿es posible negarse a pagar un entierro?

Y, si no es posible, ¿Quién corre con los gastos?

Según nuestro Código Civil, en su artículo 1894, tendrán que hacerse cargo de los gastos de un entierro, aquellos que, en vida, habrían tenido obligación de proporcionarle alimento al fallecido. Esto, independientemente de que el difunto hubiese dejado bienes o no. Es decir, haya herencia de por medio o no la haya.

Eso significa que los responsables de pagar dicho entierro serán aquellos familiares más allegados de manera económica. Normalmente, estos suelen ser el cónyuge, ascendientes y descendientes.

¿Qué ocurre si no hay dinero para un entierro?

No todo el mundo dispone de la cantidad de dinero que implican los gastos del sepelio. Entonces, ¿Qué ocurre si no hay dinero para pagar un entierro?

Cuando los familiares no tienen dinero para hacerse cargo de este gasto y, además, el fallecido no contaba con saldo en sus cuentas bancarias al que los herederos pudiesen recurrir legalmente, será el ayuntamiento de la localidad en la que residía el difunto quien se haga cargo de pagar el entierro.

Para ello, los Servicios Sociales del municipio deben avalarlo y es lo que se conoce como “entierro de beneficencia”.

Lo mismo sucede cuando el difunto no tuviese un familiar vivo conocido o si nadie reclama el cadáver. En este último caso, aunque el ayuntamiento pague los gastos, siempre tratará de localizar posteriormente a los herederos o familiares para reclamarles los gastos abonados.

Negarse a pagar un entierro: ¿es posible?

Como hemos visto, nuestra legislación determina quién debe pagar un entierro y, por lo tanto, de ahí se desprende una obligatoriedad.

En consecuencia, negarse a pagar un entierro no es posible. Un caso diferente sería que te negases a hacerte cargo del mismo porque no seas solvente. En ese caso, si demuestras dicha insolvencia, quedarías exento del pago.

Eso sí, cuando una familia se niega a pagar el entierro de un familiar por alegar insolvencia, esa insolvencia tendrá que ser demostrada por todos los miembros que la ley señala como encargados de ese gasto: cónyuge, padres, hijos, nietos…

Solo existe una excepción y es la de los hermanos del difunto, que no estarían obligados a asumir ese desembolso.

¿Me puedo negar a pagar el entierro de mi padre?

En España, negarse a pagar un entierro no es una posibilidad contemplada por la ley. Por lo tanto, no está permitido que un hijo se desentienda del coste del funeral de su progenitor.

Dado lo establecido en el artículo 1894 del Código Civil, los gastos de un entierro recaen, de forma general, en aquellos familiares más cercanos del fallecido. Esto señala, principalmente, al cónyuge, los descendientes y ascendientes.

Por eso, si te preguntas “¿Me puedo negar a pagar el entierro de mi padre?”, la respuesta es no. Desentenderse de un difunto es delito, incluso aunque no tuvieses relación con él. Esa es la razón por la que, cuando fallece una persona y nadie reclama el cuerpo, lo primero que hacen las autoridades es buscar al familiar más cercano.

En resumen, hayas tenido o no relación con tu padre, si eres el único familiar que el difunto tenía, tendrás que abonar los gastos del sepelio.

En caso de que existan otros familiares cercanos con más relación, si ellos se hicieran cargo del coste, quedarías exento. Pero si estos se declaran insolventes o no pueden pagarlo al completo, sí tendrás que aportar lo que corresponda.

Dicho esto, cabe recordar la importancia de tener conocimiento sobre si el difunto contaba algún seguro asociado al fallecimiento, pues sabiendo qué cubre un seguro de decesos o teniendo un adelanto de capital para entierro del seguro de vida, todo estaría solucionado.

Gastos de entierro y funeral: ¿se puede pagar con la herencia?

En lo que se refiere a los gastos de entierro y funeral, la herencia puede ser un apoyo. No obstante, hay que conocer bien los detalles para que todo se realice bajo la legalidad.

Si el fallecido contaba con dinero en el banco, este formará parte de la masa hereditaria a recibir por sus herederos y está permitido que estos usen esos fondos para pagar el entierro del difunto.

Ahora bien, sacar el dinero del fallecido del banco sin seguir los pasos marcados por la ley es ilegal, y podría suponer multas y penas de prisión.


Cuando el dinero es de los herederos, si estos quieren acceder a él, deberán, primeramente, aceptar la herencia y abonar los impuestos requeridos. Esto es, pagar el Impuesto de Sucesiones con la herencia.

No obstante, entregando la documentación pertinente, como el certificado de defunción, el banco sí está autorizado a aportar, de ese dinero, el necesario para pagar el entierro.

El Banco de España estipula que se puede cargar en las cuentas de la persona fallecida la cantidad necesaria para pagar los gastos de su sepelio.


Eso sí, la entidad financiera tiene que asegurarse de que el dinero se emplee solo para el pago de las gestiones del sepelio. Por eso, el banco suele pedir a la funeraria el presupuesto para transferirle el dinero directamente o entregarle un cheque registrado nominativo a su favor.

Cabe resaltar que cuando se opta por esta forma de pago, los gastos se descontarían de la liquidación del Impuesto de Sucesiones, en el caso de las herencias.

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