Garantizar cierta tranquilidad económica a los seres queridos tras un fallecimiento, suele ser el principal motivo por el que se contrata un seguro de vida. Sin embargo, que los beneficiarios de ese seguro reciban esta indemnización implica el pago de impuestos. Concretamente, el beneficiario de un seguro de vida deberá abonar el Impuesto de Sucesiones y Donaciones.
Con los cambios de Gobierno en las Comunidades Autónomas, algunos territorios como la Comunidad Valenciana, Asturias o Baleares, suprimirán o reducirán este impuesto en el 2024.